Ámala u ódiala.
Con esta tía no hay medias tintas. No conozco a nadie que le sea indiferente.
Yo personalmente le profeso una devoción absoluta. Es una diosa. Es LA DIOSA.
A veces no sé si la amo a ella o lo que amo en realidad es todo el markting que se esconde entre sus lorzas y todo el espectáculo que hay detrás de sus semidesnudos megasudorosos en los conciertos.
La verdad es que ya me da igual, paso de pensar. Que fluya.
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